Intuición

Marcela Heras

Según el Diccionario de la Lengua, de la Real Academia Española, intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata sin la intervención de la razón.

Por lo tanto, al hablar de intuición nos referimos a otra forma de conocimiento, lo cual es un poco difícil de comprender para nosotros ya que sobrevaloramos el conocimiento que proviene del “exterior”: confiamos en lo que estudiamos y en lo que leemos, hacemos cursos y masters para perfeccionarnos. ¡Y claro que eso está bien! Pero resulta muy interesante explorar también otras formas de acceso al conocimiento.

Algunos sinónimos de intuición son: presentimiento, pálpito, corazonada.

Demos un ejemplo: me dirigía a mi escuela en auto por el camino de siempre, que es el más corto y directo. Creo que la expresión correcta es que “me surgió” doblar por una calle antes. Seguí la indicación de ese conocimiento (que no pasaba por la vía del intelecto), y luego descubrí que la calle que no llegué a tomar estaba cortada. Si hubiese continuado por el recorrido habitual, eso habría implicado una gran pérdida de tiempo.

Ocurre que no siempre tenemos la constatación del hecho. Y eso nos lleva a no dar importancia a esos sucesos, lo que luego impacta en la frecuencia de su aparición: la naturaleza retira lo que no es usado. Así, este evento biológico va desapareciendo.

Afortunadamente, podemos recuperarlo a través del entrenamiento. Un buen ejercicio es prestar atención a esos pálpitos, cultivarlos y no pasarlos por el tamiz de la razón.

Otro ejercicio consiste en practicar técnicas de concentración para ir silenciando nuestro plano mental. Al hacerlo, se produce el mismo efecto que al dejar de escuchar el sonido suave del aire acondicionado: no percibíamos la incomodidad de ese ruido de base hasta que dejamos de escucharlo por algunos momentos y es entonces cuando, en condiciones propicias, se manifiestan aspectos más sutiles.

¡Hasta la próxima corazonada!